Cuando el DJ Robert Silva empezaba a ponerle ritmo a Pratt Street con Frankie Vázquez para el evento Salsa Social en junio, Rachel Irizarry ya estaba sudando de tanto bailar.
“En realidad, me encanta Pratt Street”, confesó Irizarry. “Vine por primera vez el año pasado y comencé a aprender a bailar salsa. De ahí, empecé a tomar lecciones de salsa”.
Irizarry es de Manchester, ϳԹ. Reconoció que antes le daba timidez bailar con otras personas, pero desde que aprendió, es ella quien invita a desconocidos a bailar con ella en la calle.
“Me acerco a alguien y le digo, ‘Ven. ¿Quieres bailar?” relató Irizarry. “Es simplemente algo divertido para hacer, estar al aire libre bajo el sol, en verano, y conocer gente nueva”.
El lugar perfecto para salseros y principiantes
Desde hace siete años, el centro de la ciudad es la sede de los eventos denominados , que se realizan cada verano. Chip McCabe, el director de diseño de espacios públicos y eventos para el Hartford Business Improvement District (Distrito de mejoras de negocios), lo considera uno de los eventos de verano más populares y esperados de la ciudad.
“Es uno de nuestros eventos más eclécticos en cuanto a la concurrencia, en términos de edad, raza y perfil demografía”, afirmó McCabe. “Es uno de esos eventos que todo el mundo puede disfrutar”.

McCabe agregó que el evento es gratuito y está abierto al público. Aunque es el lugar perfecto para los amantes de la salsa, afirmó que también es un espacio divertido para quienes nunca han bailado salsa en su vida.
“No hace falta ser bailarín profesional para asistir [al evento]”, aseguró McCabe. “Tenemos bailarines expertos (‘rԲ’) del Arthur Murray Dance Center que nos visitan. Si quieres recibir una lección de salsa sin costo alguno, ellos con mucho gusto te enseñan.”
Lacey Escobales es directora del estudio de baile . Sus alumnos estuvieron allí para animar a la gente a bailar, mientras ponían en práctica las destrezas aprendidas en sus clases.
“Es casi como sacar a los niños a jugar, porque cuando [los alumnos] pueden poner en práctica lo que han aprendido, disfrutan muchísimo”, comentó. “Para eso estamos aquí”.

Abierto a todos los niveles y edades
Hayro Mayorga, de Norwalk, no llegó dando pasos al ritmo de la salsa. Llegó sobre ruedas.
“Empecé a patinar en 2020”. Mayorga dijo que era un pasatiempo que había comenzado por aburrimiento durante la pandemia. Ahora practica el jam skating, un estilo de patinaje que combina baile y patinaje freestyle.
Mayorga patina en Pratt Street para animar a otros a divertirse con el baile, incluso aquellos que piensan que tienen dos pies izquierdos.
“Nadie puede decirte cómo interpreta tu cuerpo la música”, dijo Mayorga. “No hay nadie que pueda dictar cómo consumes y escuchas música y cómo te expresas. Así que, aunque creas que estás haciendo el ridículo, no pienses en eso. Lo importante es divertirse”.

El ambiente amistoso anima incluso a las personas mayores a sacar sus zapatos de baile a pasear, como Robert McGraph, de Massachusetts, que tiene 79 años de edad.
“La gente se alegra mucho de verme, por lo general”, dijo McGraph. “Porque sé bailar muy bien, por mi edad”.
McGraph lleva más de siete años bailando salsa. Dijo que bailar en lugares como Pratt Street lo hace sentir más lleno de vida. Le gusta especialmente ayudar a otros a aprender a bailar.
“Cuando veo que alguien está haciendo algo mal o necesita aprender, esos son los primeros a quienes quiero invitar”, reconoció McGraph.
Conexión y comunidad como compañeros de baile
El vestido de Nicole Mata marcaba una estela ondulante por todo Pratt Street mientras Raúl Mata, su esposo de tres años, la hacía girar al ritmo de la música.
“Nos encanta bailar”, expresó Raúl Mata. “De hecho, nos conocimos en Arthur Murray [Dance Center]. Empezamos como amigos y desde entonces hemos venido aquí siempre”.
Raúl comentó que el evento crea un ambiente agradable para salir a bailar, ya que el público es amable y los instructores de baile son de gran ayuda. Para Nicole, es una buena alternativa para los padres que están buscando un lugar para bailar que no sea una discoteca.
“Cuando Arthur Murray llegó y comenzó a organizar los eventos de Pratt, fue una gran oportunidad para nosotros de venir a un lugar seguro y poder bailar a una hora que no fuera demasiado tarde”, explicó Nicole Mata. “Así que, si tenías familia, podías irte temprano a casa; en cambio, si querías salir a bailar, tenías que conseguir una niñera”.

Ricky Belizaire, de Middletown, abrazaba a su pareja, Kevin Bun, mientras bailaban merengue. Para Belizaire, el valor de estos eventos sociales de salsa radica en lo que ofrecen a las personas de ϳԹ.
“Es conexión. Es una comunidad,” señaló Belizaire. “Creo que, especialmente en tiempos como estos, necesitamos más comunidad. Necesitamos más de eso”.
Bun estuvo de acuerdo y aclaró que “tiempos como estos” se refiere al sentimiento de incertidumbre que muchos comparten sobre la situación global.
“Existe mucha tensión y miedo”, afirmó Bun. “Salir a la calle así, donde todo el mundo puede venir, bailar y estar juntos, creo que es algo que ayuda a disipar un poco la tensión y el miedo que sentimos en estos momentos”.
Según Bun, estaba muy nervioso por asistir al evento, pero después de pasar un tiempo allí, con el apoyo de su pareja, Bun se dio cuenta de que Pratt Street era un lugar libre de prejuicios para todos.
Como dijo el DJ Robert Silva durante su sesión: “Diversidad en la casa, aquí en el Pratt Salsa Social. Para la gente de Venezuela, Colombia, Panamá, Perú, República Dominicana [y] los boricuas, que nunca pueden faltar”.

Más información
Los se llevan a cabo de 5:00 p. m. a 8:00 p. m. en Pratt Street, en el centro de Hartford. Son gratuitos y abiertos al público general.
El calendario para el resto del verano es el siguiente:
- viernes, 25 de julio
- viernes, 22 de agosto
- viernes, 19 de septiembre
Si llueve, el Salsa Social se celebrará la noche del sábado siguiente.